La primera semana de vida de un pollo de engorde es de vital importancia para su futuro crecimiento y desempeño. Durante estos primeros días, los lípidos del saco vitelino son la principal fuente de energía necesaria para el mantenimiento y el crecimiento. Además, aunque son cruciales para su bienestar y productividad, los pollitos de un día tienen muy pocas reservas de vitaminas hidrosolubles. Las vitaminas juegan un papel en numerosos procesos metabólicos relacionados con el metabolismo de las grasas, las proteínas y los carbohidratos, lo que en última instancia favorece el crecimiento y la producción. Además, el estrés, la vacunación, la enfermedad, etc.… aumentan la demanda de estos nutrientes y hacen que la suplementación con vitaminas sea aún más necesaria.